Publicado por INSPIRA, 12 de julio de 2023
La violencia física no es la única forma de abuso. El abuso emocional podría afectar de manera grave tu salud mental.
¿En qué consiste el abuso emocional?
El abuso emocional es cuando una pareja:
Te humilla verbalmente
Exige toda tu atención
Controla tu tiempo o a quién ves
Te culpa por todo lo que sale mal
Amenaza con hacerte daño o hacerle daño a tus hijos, familia o mascotas
El abuso emocional puede ocurrir entre parejas de hombres y mujeres o parejas del mismo sexo. No requiere intimidad sexual.
El abuso emocional puede ser difícil de identificar al principio. Puede consistir en insultarte, ignorar tus sentimientos o expresando control sobre tí. Con el tiempo se convierte en humillaciones repetidas, ordenándote que rindas cuentas de cada minuto de tu tiempo, acusándote de hacer cosas que no hiciste y exigiéndote que dejes de pasar tiempo con tu familia y amigos. Tu abusador crea un entorno emocional para controlarte y destruir tu autoestima e independencia.
No está solo(a)
El abuso emocional se ha reportado con más frecuencia que el abuso físico o sexual cada año. El abuso emocional representa casi la mitad de la violencia contra las mujeres. En muchos casos, los ataques verbales pueden, con el tiempo, conducir a la violencia física y sexual.
Cómo reconocerlo
No hay cicatrices físicas ni huesos rotos con el abuso emocional. Por lo tanto, puede ser más difícil de reconocer. Aquí hay señales que apuntan al abuso:
Tu pareja te insulta o te grita.
Tu pareja te intimida, te interroga o te degrada repetidamente.
Tu pareja usa insultos, humillaciones y burlas en tu contra.
Tu pareja insulta a las personas que te importan, a tu familia y amigos.
Su pareja amenaza con hacerle daño a usted o a su familia.
Su pareja amenaza o abusa de las mascotas de la familia.
Tu pareja controla o limita tu comportamiento impidiendo que uses el teléfono, internet o que veas a tus amigos.
No está permitido salir de la habitación ni de la casa.
Su acceso al dinero es limitado o se le pide que rinda cuentas de cada centavo que gasta.
Tu pareja te sigue y controla o limita tus conversaciones telefónicas.
Tu pareja te obliga a permanecer despierto o te despierta repetidamente.
Tu pareja te culpa por la forma en que te trata.
Tu pareja te obliga a hacer cosas degradantes, como ponerte de rodillas o hacer que pidas dinero.
Tu pareja critica tus pensamientos, sentimientos, opiniones, creencias y acciones.
Tu pareja te trata como a un sirviente en cuestiones de tareas y decisiones del hogar.
Tu pareja es muy celosa y te acusa constantemente de coquetear o engañarte.
Tu pareja te dice que estás enfermo o loco.
Tu pareja niega que haya ocurrido un evento. O él o ella lo describe de manera muy diferente a como lo recuerda. Esto se llama gaslighting. Esta es una forma de abuso emocional que ocurre lentamente. Te hace sentir más desconfiado de tu memoria de eventos y más dependiente de tu pareja.
Si estás en una relación que incluye cualquiera de estos comportamientos, estás siendo abusado.
Pasos a seguir
El abuso nunca es aceptable y nadie lo merece. Como todo maltrato, el emocional duele y puede causar mucho daño. Identificarlo rápidamente y obtener ayuda puede permitirle vivir libre de miedo, intimidación y dudas.
Para obtener ayuda, habla con tu proveedor de atención médica o accede al directorio de ayuda para víctimas de violencia domestica y comunícate con tu refugio local
Cómo apoyar a alguien que sigue regresando a una relación abusiva
Puede ser muy difícil ver a alguien que te importa lidiar con una relación abusiva. Aún más difícil es ver a esa persona irse y volver con su pareja, una y otra vez.
Pero es importante recordar que la violencia doméstica es extremadamente compleja. Dejar una relación abusiva nunca es fácil y no siempre es la opción más segura. De hecho, los sobrevivientes de abuso regresan con sus parejas abusivas un promedio de siete veces antes de irse definitivamente.
Trata de no juzgarlo(a) y, en su lugar, permanece abierto y comprensivo. Dejarle saber que estás ahí para él/ella y que no está solo(a) puede ser de gran consuelo. Trata de ayudarlo(a) a identificar los pequeños pasos que puede tomar para sentirse más seguro(a) y empoderado(a), y así avanzar hacia el fin de la relación. Sugiere hablar con un profesional de la salud mental y a practicar el autocuidado.
Por último, tus propios límites también son importantes. Tienes derecho a alejarte de una situación cuando lo necesites mientras le dices a tu amigo(a) que aún te importa. Recuerda que no puedes salvar o “arreglar” a una persona y, en última instancia, será su decisión irse o no de la relación.
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