Publicado por INSPIRA, 3 de junio de 2024
El feminicidio no solo afecta a las víctimas directas, sino que también tiene profundas repercusiones en la salud mental de las mujeres y comunidades. La exposición continua a la violencia de género puede llevar a trastornos de ansiedad, depresión y estrés postraumático, tanto en sobrevivientes como en las familias y comunidades que presencian estos actos de violencia.
Feminicidio en Puerto Rico y la Salud Mental
En lo que va de 2024, Puerto Rico ha registrado un preocupante aumento en los casos de feminicidio. Según el Observatorio de Equidad de Género, se han reportado 32 feminicidios en la isla hasta abril de 2024, reflejando un incremento comparado con el mismo periodo del año anterior. Este aumento destaca la urgencia de abordar la violencia de género en todas sus formas.
Efectos Psicológicos:
Estrés Postraumático (TEPT): Las personas cercanas a las víctimas pueden desarrollar TEPT, caracterizado por flashbacks, pesadillas y una severa ansiedad.
Ansiedad y depresión: El constante miedo y la inseguridad pueden conducir a trastornos de ansiedad y depresión. Esto es exacerbado por la percepción de que las autoridades no están proporcionando suficiente protección o justicia.
Sentimientos de Impotencia y Rabia: La impotencia ante la violencia recurrente y la falta de medidas efectivas para prevenirla pueden generar sentimientos de frustración y rabia en las comunidades afectadas.
Necesidad de Recursos y Apoyo
Es crucial que las autoridades y organizaciones de apoyo fortalezcan los recursos disponibles para las víctimas de violencia de género. Esto incluye:
Servicios Psicológicos y Psiquiátricos: Brindar acceso a terapias y tratamiento para manejar el trauma.
Campañas de Sensibilización: Programas educativos que promuevan la equidad de género y prevengan la violencia desde una edad temprana.
Fortalecimiento de la Legislación: Implementar y hacer cumplir leyes que protejan a las mujeres y sancionen adecuadamente a los perpetradores.
El incremento de feminicidios en Puerto Rico en 2024 es un grave problema que requiere atención inmediata no solo para proteger a las víctimas directas, sino también para abordar el impacto psicológico en la comunidad. Es fundamental promover políticas de prevención y brindar apoyo psicológico a los afectados para combatir este flagelo y mitigar sus efectos en la salud mental de la población.