Publicado por INSPIRA, 10 de marzo de 2020
Para amar, ámate primero
Reflexión de una paciente en torno a la salud mental:
"Desde pequeña me enseñaron, casi a la perfección, qué atuendos usar y qué palabras soltar para pasar por ficha y agradarle a la sociedad, a los vecinos, a los amigos, al jefe, a la maestra y hasta a la misma familia. Pero para lo que no me adoctrinaron, y sin que así lo quisiesen, fue a agradar(me) sin la validación de terceros. De gustar(me) tal y como soy. Así sin filtros de Instagram. Así sin pareja. Así sin peinar. Así sin ahorros. Así con préstamos. Así sin una casa salda. Así sin un trabajo estable. Así, con un gato caprichoso, una carrera profesional que yo misma levanté y una libertad estremecedora de la que no me arrepiento jamás. Así: con poco y con lo suficiente. Con la llegada de los 30 años, me nació una pulsión obsesiva y casi idiota de querer hacer lo que nunca me he atrevido y lo que siempre me prohibieron. A esta pulsión, se le sumó unas ganas incontrolables de pelearme con el mundo, el sistema y con todos los que habitan en él. Se los aseguro, nada bueno salió de este trío rabioso. A lo underground, mi psicóloga nombró esta nueva ola de corajes como “una depresión del alma”. Aunque suene poético, este tipo de “trastorno” se debe a un despertar que he mantenido atontado y dormido por más de una década. Y sin ser consciente, yo misma me encarcelé y me saboteé todas las veces que pude. Desde que me hice consciente, me la paso buscándome la vuelta. Invitándome a ser feliz. Aplaudiéndome los logros. Aventurándome a vivir bajo mi propia guía. Desde que me hice consciente, reconozco y defiendo el encanto de lo efímero. De la soledad como refugio. De las distancias para encontrase. De abrazarse. Del amor propio. De acariciar la imperfección. De sabotear el ego. De manipular el miedo. Del coraje como pulsión. De tener autoestima. De saber decir no. Desde que me hice consciente, no busco la perfección. Solo quiero afinar fortalezas. Transformar debilidades. Aprender del otro. Admirar sin envidias. Amarme. Y amarme para saber y enseñar a amar."
Amor propio: ¿Cómo amarnos más?
Si no le damos la atención necesaria a nuestro estado de amor propio, no importa que, nunca vamos a lograr sentirnos bien con nosotros mismo. Cuando uno se ama, se ve de forma objetiva, acepta quién eres, reconoce tus debilidades y fortalezas, tú valor y tú importancia en el mundo. Pero trabajar la autoestima y el amor propio puede ir más alla de nuestra capacidad a la hora de utilizar la lógica y razonar.
Utilice la infográfica a continuación para conocer algunas formas que puedes utilizar para desarrollar amor propio.
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